Análisis

Alza histórica en las relaciones Turquía-Rusia

Salih Yılmaz  | 16.11.2017 - Actualızacıón : 16.11.2017
Alza histórica en las relaciones Turquía-Rusia

Ankara

By Salih Yılmaz

El presidente ruso, Vladimir Putin y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se reunieron por octava vez desde que la Fuerza Aérea Turca abatió un jet ruso el 24 de noviembre de 2015. La Cumbre de Sochi, su cuarta reunión este año, fue importante en muchos aspectos.

Parece que los líderes trataron principalmente temas energéticos. Acordaron remover los obstáculos a la planta nuclear Akkuyu y la Corriente Turca. 

Tras las conversaciones energéticas, el tema más importante fue Siria. Acordaron la transición a una solución política, después de que se logre un fin físico del conflicto. También discutieron las relaciones Rusia-PYD en conexión a Siria, las declaraciones hechas por Putin y el presidente de Estados unidos, Donald Trump, en Vietnam, y la continuación del proceso de Astaná. 

También estaba sobre la mesa el fin a las restricciones de productos agrícolas en ambos países, reajustar el régimen de visas en concordancia con el periodo anterior del 24 de noviembre, una fuerte cooperación en el campo del turismo y las decisiones de Putin durante su visita a Teherán. También se notó, aunque de manera no oficial, que hubo un intercambio de ideas sobre una posible iniciativa rusa para resolver la crisis de Nagorno-Karabaj.

¿Están ahora las relaciones al mismo nivel que antes de la crisis del avión?

Como señalaron ambos líderes, se podría argumentar que las relaciones bilaterales retornaron a niveles pre-crisis. La profundidad del involucramiento mutuo, no obstante, es incluso mayor que antes de la crisis. Por ejemplo, la finalización de la planta nuclear Akkuyu y el proyecto Turkish Stream, tienen el potencial de llevar las relaciones a una nueva alza estratégica. 

Mientras Turquía desea que el primer reactor sea activado para el 2023, existen tesis rusas que dicen que eso no es posible. Pero ya que los dos líderes acordaron llevar a cabo una pronta inaguración, parece que el proceso será más acelerado. En la cumbre, todos los permisos necesarios para proceder con el Proyecto de Akkuyu fueron otorgados por Turquía al igual que la lista de empresas turcas que participarán en el proyecto, finalizando los obstáculos que tenía el proyecto.

Sobre la industria de defensa, hay cooperación avanzada para la coproducción del sistema de defensa antiaérea S-400 y otras armas. 

No obstante, no se puede decir que se ha llegado a niveles pre crisis para los negocios turcos en Rusia y los obstáculos en la venta de productos agrícolas y los problemas de visados. Moscú impuso una cuota de máximo 50.000 toneladas de tomates de importación turcos, bajo el argumento de que realizó una inversión considerable en cultivos de invernadero durante la crisis.

Nos equivocaríamos, sin embargo, si decimos que las relaciones entre los dos países progresan de manera natural desde que estas mejoraron tanto en tan poco tiempo debido a la necesidad de acercarse de cara a presión proveniente de occidente y los EEUU. Turquía fue dejada de lado por sus aliados de la OTAN durante la crisis en Siria. No pudo obtener ayuda de sus aliados para los muy necesitados sistemas de defensa antiaérea. Los EEUU, su aliado de la OTAN, incluso estableció una alianza con el PYD, brazo sirio del PKK, a pesar de catalogar a este último como un grupo terrorista. Para más colmo, la actitud tomada por EEUU tras el intento de golpe de Estado del 15 de julio de 2016 fue decepcionante para la sociedad turca.

Rusia ve a Turkish Stream como una inversión estratégica.

Para Rusia, el embargo impuesto por los EEUU y la Unión Europea tras la crisis de Ucrania significo un fuerte golpe a su economía. Occidente tuvo éxito pintando a Rusia como un monstruo. Se estableció alrededor del mundo un miedo a Rusia, en especial en los países bálticos. La estrategia occidental de contener a Rusia en el Mar Negro se ha materializado en gran parte. el corredor ucraniano por el cual Rusia enviaba gas a Europa está difunto. Varios proyectos rusos, entre los cuales North Stream 2 sobresalía, mediante el cual Rusia intentaba llegar a occidente, ahora tiene poca probabilidad de realizarse. Con el embargo impuesto a políticos y hombre de negocios rusos, el capital extranjero fue forzado a abandonar Rusia. 

El proyecto occidental de bloquear a Rusia política y económicamente tuvo éxito. Se puede decir que Rusia necesita a Turquía para sobreponerse al bloqueo. Y aquí está la prominencia de Turkish Stream, ya que el plan ruso de enviar gas a occidente mediante Bulgaria había sido afectado por la UE. Ahora Turquía dio alientos a Rusia al facilitar su envío de gas.

Turkish Stream y las amenazas de sanciones por parte de EEUU

El proyecto Corriente turca es tal vez uno de los temas más importantes para Rusia en sus relaciones con Turquía. No obstante, también existen varios obstáculos a este proyecto: las nuevas sanciones de EEUU contra Rusia podrían afectar seriamente a una larga lista de proyectos rusos, entre los cuales se encuentra Turkish Stream. Aunque la naturaleza de las sanciones anunciadas por los EEUU aún no es clara, todos los inversionistas extranjeros que cooperan con la rusa, Gazprom, se podrían enfrentar a sanciones. Y, de hecho, los inversionistas que veían venir a las sanciones se han quedado quietos.

Una de las primeras cosas que hizo Trump tras llegar a la presidencia, a manera de probar su virilidad, fue promover una ley que contiene sanciones contra Rusia. El presidente de EEUU recibió poderes para imponer sanciones a todas las compañías que invierten en la construcción y mantenimiento de oleoductos rusos, que suministran tecnología, o proveen cualquier tipo de servicios a compañías rusas. La razón fundamental para que Rusia haga una maniobra rápida en relación a Turkish Stream es el deseo de finalizar el proyecto antes de que ser afectada por sanciones. Dadas las circunstancias actuales, habiendo los EEUU y la UE dado cuenta de que Ankara aprecia la necesidad de Turkish Stream, le están dando a Turquía los mismos tipos de problemas que le dan a Rusia.

¿Podría Siria retroceder el proceso de Ginebra?

Siria constituye uno de los temas más importantes en la cooperación Turquía-Rusia. Los dos líderes anunciaron en la reunión que habían llegado a un acuerdo para la crisis de Siria basado en la integridad territorial. Pero existe otro punto importante: el énfasis que hizo Putin en la Resolución de las Naciones Unidas 2254 durante su reunión con Trump en Vietnam, lo cual llevó a que Turquía pidiera una explicación a Rusia.

Mediante esta decisión se puede constatar que los EEUU buscan tomar el control de los desarrollos en Siria llevándolos a una plataforma internacional en concordancia con el proceso de Ginebra. El hecho de que tanto Rusia como los EEUU tienen poderes de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU puede ser interpretado como el deseo de eliminar a países como Turquía e irán, dos países que siguen sentados en la mesa de discusiones para Siria. Es muy temprano para hacer un juicio definitivo al respecto. 

El verdadero problema yace en que los EEUU promueven su opinión de que todos los poderes extranjeros deben abandonar siria cuando todo se haya resuelto políticamente y basa esta opinión en la Resolución 2254. Lo que podemos inferir de esto es que Hezbollah, el cual es considerado una amenaza de seguridad para Israel, e irán, por extensión, no son bienvenidos en Siria. Pero la colaboración rusa con Irán en Siria sugiere que este no será el caso.

Vemos que los EEUU al crear una zona segura en el norte de siria mediante el PYD, la cual llega hasta las fronteras con Israel y Jordania, intenta prevenir que Irán materialice su “Creciente Chiita”. Por lo tanto, busca frustrar los intentos iraníes de ser efectivos en el Líbano mediante la frontera terrestre para volverse “vecinos” de Israel. Las palabras del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, durante la Asamblea General de la ONU en septiembre pasado, “actuaremos para prevenir que irán establezca una base militar en Siria para sus fuerzas aéreas, marítimas y terrestres. Prevendremos que irán produzca armas letales en Siria o en el Líbano para ser usadas en contra nuestra”, pueden servir como pista para que veamos cuales son las implicaciones del acuerdo de Trump con Rusia en Vietnam. Parece que tanto Rusia como los EEUU tiene en cuenta las sensibilidades de Israel. 

Sin embargo, ese tipo de acuerdos y revelaciones representan un riesgo para Rusia. Solo el tiempo dará a conocer cuánto más podrá mantener Rusia la balanza entre Irán e Israel. 

Otra posibilidad es que, al limpiar a la región de influencia iraní, de Irak a Israel, los EEUU estén planeando usar las líneas de energía en el futuro. El PYD, sin posibilidad de abrir un corredor al Mediterráneo debido a la operación militar turca Escudo del Éufrates, pueda realizar este proyecto mediante Israel, con la ayuda de EEUU.

¿Está cambiando la política de Rusia hacia el PYD?

Habiendo llegado al acuerdo de que es hora de llegar a una solución política en Siria, como fue proscrito en el proceso de Astaná, Rusia y Turquía encabezarán los esfuerzos para redactar una constitución civil y finalizar el proceso de salida política. Pero el factor de riesgo aquí depende de si los EEUU, que no hace parte del proceso de Astaná, acepta las decisiones allí tomadas. En la actualidad, los EEUU mantienen su propia política hacia la crisis Siria.

También hay una crisis en torno al PYD entre Turquía y Rusia. Antes de la Cumbre de Sochi, la invitación rusa al PYD al Congreso Popular Sirio, auspiciado por la misma Rusia, conllevó a una reacción turca. Aunque Rusia sacó al PYD de la lista de invitados, esta situación podría llevar a desacuerdos entre los dos países. El tipo de estrategia que Rusia adoptará hacia el PYD será decisivo. Aunque Rusia tomó en cuenta las sensibilidades turcas y no envió una invitación oficial al PYD, seguramente mantendrá sus charlas con el grupo, ya que no lo quiere dejar bajo control absoluto de los EEUU.

Ya que Turquía tiene problemas de seguridad dentro de sus fronteras debido al PYD, ha habido menciones recientes a posibles operaciones en Manbij/Afrin. No obstante, si se logra un acuerdo político en Siria es probable que dichas operaciones no se lleven a cabo. Por eso podemos argumentar que Rusia menciona esta posible operación con el PYD [para mantenerlo a su lado en la mesa] mientras juega la carta del PYD para presionar a Turquía [a seguir cooperando]. 

De las declaraciones de Erdogan, entendemos que Turquía recordó a Rusia que el PYD, una amenaza a su seguridad nacional, es el brazo sirio del grupo terrorista PKK, dejando claras las líneas rojas de Ankara.

Retrasos en el trato de los S-400 podrían tornarse en contra de Rusia

Erdogan enfatizó que Turquía le da gran importancia al proceso encaminado con Rusia en el campo de defensa, basado en el sistema de defensa antiaérea S-400. El tema de los S-400 también está siendo monitoreado desde cerca por la OTAN. Aunque Turquía ha declarado que su adquisición es para su propia seguridad nacional, independientemente de la OTAN, vemos que la situación está siendo usada en contra de Turquía por occidente. 

El público ruso también tiene reservas sobre la adquisición del sistema por parte de Turquía. Algunos círculos dicen que Turquía solo está usando los S-400 como amenaza a los EEUU y no los comprará. No obstante, la sinceridad de Turquía en este aspecto y las palabras de Erdogan parecen haber convencido a Rusia. El riesgo más grande aquí se podría experimentar en la fecha en la que los sistemas serán entregados. Rusia habla de un lapso de 2 años antes de la primera entrega. Pero, durante este periodo, los cambios que puedan ocurrir en las condiciones políticas o militares podrían hacer que Turquía reconsidere la compra.

También se dijo que, durante su reunión, Putin y Erdogan discutieron el tema de Nagorno Karabaj e intercambiaron opiniones sobre como acelerar el proceso. De hecho, el presidente de Armenia, Serzh Sargsyan, irá a Rusia el 15 de noviembre por una invitación de su contraparte ruso, algo que se dio inmediatamente tras la Cumbre de Sochi.

El resultado más concreto de la Cumbre de sochi es que ambos líderes están de acuerdo en mejorar las relaciones bilaterales. Ambos países labran el camino para cubrir una distancia significativa en cooperación estratégica. El hecho de que se han reunido en ocho ocasiones desde la crisis del derribo del avión ruso demuestra a qué punto han llegado las relaciones Rusia-Turquía. Si Putin asiste a la ceremonia de inicio de obras de la planta nuclear de Akkuyu en Mersin, será la novena reunión de los líderes desde la crisis.

*Omer Colakoglu y Ahmed Fawzi Mostefai contribuyeron con la redacción de esta nota


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